Luz adecuada: Proporciona luz brillante pero indirecta. Evita la luz solar directa, ya que puede quemar las hojas. Coloca la planta cerca de una ventana con luz filtrada o en un lugar bien iluminado en interiores. Si notas que las hojas están volviéndose amarillas o desarrollando manchas, podría ser un signo de demasiada luz directa.
Riego adecuado: Mantén el sustrato ligeramente húmedo en todo momento, pero evita el encharcamiento. Riégala cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto. El exceso de agua puede llevar a problemas de pudrición de las raíces. Asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje para evitar que el agua se acumule en el fondo.
Humedad y temperatura: El Anthurium coriaceum prefiere un ambiente húmedo. Puedes aumentar la humedad colocando la maceta sobre una bandeja con guijarros húmedos o utilizando un humidificador. Además, mantenla en una temperatura constante entre 18°C y 25°C, evitando corrientes de aire frío.
Recuerda que cada planta es única y puede tener necesidades específicas, así que observa regularmente a tu Anthurium coriaceum para ajustar tus cuidados según su respuesta.